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La inclusión no es moda es acción

La acción de incluir pasa por garantizar el espacio adecuado para las personas que necesitan ser parte de la sociedad, por ejemplo: las personas privadas de libertad esperarían una sociedad que les reciba, cuando estén en su momento de volver a la misma, en todas las áreas y facetas sin seguir con la etiqueta de “ex privado/a de libertad”.


Lo mismo con mujeres víctimas de violencia. En el momento que estén listas para la denuncia, para enfrentar una nueva vida en la sociedad y el mismo Estado (entendiéndolo como familia, iglesia, escuela y autoridades de país) pueda dar esta oportunidad en un ambiente seguro y garantizar su auto sostenimiento. De igual manera con las adolescente embarazadas que puedan en su momento volver a ser parte de un sistema escolar, que las incluya como sujetas de derechos. Y, así, la lista puede seguir: las personas con discapacidad necesitan espacios que permitan su inclusión y no solo su integración. 

El incluir pasa por generar el acceso a los derechos y espacios para que las personas con distintas condiciones ya sean sociales, físicas, cognitivas, entre otras logren encontrar un Estado capaz de garantizar su desarrollo personal y comunitario de manera integral. Y cuando se cuestiona ¿qué realmente estamos haciendo para garantizar las condiciones adecuadas para los sectores vulnerables? Partamos del primer espacio de socialización: las familias. ¿Que tipo de familias estamos siendo para los nuevos integrantes?, ¿qué condiciones de amor les estamos dando?, ¿qué aceptación estamos teniendo? Somos las familias las primeras que hacemos un ideal de vida para los otros integrantes pasando por alto sus condiciones, sus sueños y sus propios planes. Desde ahí es el primer espacio de exclusión. Y esto determina que ser humano seré de adulto.


El segundo espacio es la escuela. Desde el momento de que uniformamos quitamos unicidad a cada integrante. Lo etiquetamos calificando por número y no por capacidades e inteligencias. Desde ahí están los aptos para ser escolarizados y los que no pertenecen a este sistema convencional, Ahí, sin duda, no tienen espacio la niñez con discapacidad que no es vista como sujeta para derechos en materia de educación, al contrario crean “las escuelas especiales” para albergar a la niñez y juventud que no “encaja” en este sistema tradicional. Son automáticamente excluidos, cuando al contrario deberán existir diversas condiciones en las escuelas para tener seres humanos capaces de amar la diversidad.


Entonces si el acto de incluir pasa por garantizar las condiciones de los sectores vulnerables, ¿cuál debe ser mi papel activo en esta acción en lo individual y colectiva?

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